El proceso de otorgamiento de una hipoteca en México suele incluir los siguientes pasos:
- 1. Solicitud del crédito: Para solicitar una hipoteca, es necesario acudir a una institución financiera (por ejemplo, a un banco o a una sociedad financiera de objeto múltiple, SOFOM) y presentar la documentación requerida. Esta documentación suele incluir identificación oficial, comprobantes de ingresos, estados de cuenta bancarios y una copia del contrato de compraventa de la propiedad inmueble.
- 2. Evaluación del riesgo: Una vez recibida la solicitud, la institución financiera evalúa el riesgo de otorgar el crédito. Esto incluye evaluar el valor de la propiedad inmueble, el ingreso y la capacidad de pago del solicitante, entre otros factores.
- 3. Oferta de crédito: Si la solicitud es aprobada, la institución financiera emite una oferta de crédito, que incluye el monto del préstamo, la tasa de interés y el plan de pagos. Es importante leer cuidadosamente esta oferta y asegurarse de entender todas las condiciones antes de aceptarla.
- 4. Evaluación de la Vivienda: Una vez el banco te aprobó como sujeto de crédito te solicitara documentación y datos de la vivienda que planeas comprar. Como parte de ese paso se te pedirá cubrir la cuota de avalúo con el que el banco o institución define el valor de la propiedad a comprar. Con esta el banco o institución comienza la evaluación de riesgo de la vivienda y otorga su visto bueno.

- 5. Firma del contrato: Si se acepta la oferta de crédito, se procede a firmar el contrato de crédito hipotecario. La firma de una escritura pública en una hipoteca es el proceso de formalización del contrato de crédito hipotecario y de la garantía que se establece sobre una propiedad inmueble. Es importante leer cuidadosamente el contrato y asegurarse de entender todas las condiciones antes de firmarlo.
- 6. Desembolso del crédito: Una vez firmado el contrato, se procede al desembolso del crédito. Es importante tener en cuenta que, en algunos casos, es necesario cancelar algunas comisiones o gastos adicionales, como por ejemplo, el seguro de la propiedad o los honorarios de notario.